Una última aventura

Ayer fue el último día... ¡Pero cuántas cosas teníamos por delante cuando nos despertamos!
Amanecimos un poquito antes de lo habitual, puesto que teníamos que abandonar las habitaciones, dejar las sábanas y todo completamente ordenado.

Una vez que desayunamos, cogieron las maletas y acudieron al encuentro del autobús. No sin cierta pena, hicimos el balance de las cosas que más nos habían gustado: las veladas y juegos nocturnos se llevaron la palma.

Tras decir adiós a Isín, pusimos rumbo a Arguis y su pantano, preparados ya para emprender nuestra última aventura: kayak.

¡Cómo lo pasamos! Monitores incluidos... Puesto que todos juntos pudimos meternos en una barca y lanzarnos a remar.

Los profesores de kayak nos propusieron juegos, como ponernos de pie, saltar de barca en barca o conquistar una isla... Y más de una vez acabaron varios dándose un obligado chapuzón.

Eso sí... Ganas no faltaban. El tiempo era más que caluroso, así que varios siguieron en el agua aun después de la actividad.

Comimos de pic-nic y disfrutaron del rato libre: unos se bañaron, otros jugaron y alguna incluso trató de descansar.

¡El campamento tocaba a su fin, y el cansancio después de tantas actividades se notaba!

Finalmente, subimos en el bus, donde aprovecharon para pasarse modos de contactar entre ellos...
Y llegó la despedida. Para algunos triste, para otros más alegre (¡la perspectiva de las vacaciones conquista a cualquiera!). De cualquier forma, y como ya dijimos, no hay que pensar en un "adiós" con pena... Sino en un "hasta luego".

¡Recordemos los buenos ratos que hemos pasado juntos! ¡Ha sido un placer!

Hasta pronto.